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Isonomía Consultores en La Capital – 01/11/2015

“Scioli y Macri enfrentaron el domingo pasado a sus propios fantasmas”

Juan Germano asegura que el ballottage es una nueva elección en la que cualquier gesto o acción, por mínimo que sea, puede ejercer influencia a la hora de direccionar las voluntades.

Por: Mauricio Maronna

Juan Germano, director de Isonomía Consultores, es detallista a la hora del análisis. Asegura que el ballottage es una nueva elección en la que cualquier gesto o acción, por mínimo que sea, puede ejercer influencia a la hora de direccionar las voluntades.

“Tanto Daniel Scioli como Mauricio Macri debían enfrentar a sus fantasmas. Uno el de ser un candidato asociado a la derecha o a la vuelta a los años 90 y el otro el de ser demasiado parecido al kirchnerismo”, infiere Germano durante una entrevista con La Capital.

“La semana anterior a las elecciones, cerca del 30 por ciento de los argentinos señalaba que aún no había definido su voto. Podían simpatizar por algún candidato pero no estaban ciento por ciento convencidos. Por otro lado, hubo un claro aumento de la participación electoral (de 75 por ciento a 80 por ciento) y una baja del voto en blanco (del 6 por ciento al 3 por ciento). Como señala el politólogo Javier Zelaznik, se estaba pendiente de la presencia o ausencia de voto estratégico entre quienes habían votado de manera positiva en las Paso, subestimando al votante silencioso que en agosto se había abstenido, votado en blanco o anulado su voto”, sostiene el politólogo.

—¿Qué falencias tuvo Scioli para hacer una elección tan floja?

—Tanto Scioli como Macri debían enfrentar a sus fantasmas. Uno el de ser un candidato asociado a la derecha o a la vuelta a los años 90 y el otro el de ser demasiado parecido al kirchnerismo. Macri generó progresivamente (y no sólo desde esta campaña) un cambio en su estilo de comunicación que le permitió quebrar esos fantasmas para buena parte de la ciudadanía. Scioli no ha podido alejar a sus fantasmas. El kirchnerismo tiene un piso muy importante, pero un techo bajo. Posee la misma base de sustentación que la presidenta. Esto no sólo limita su crecimiento, sino que le permite a Macri potenciar su posicionamiento, dado que parte de su identidad se construye desde la diferenciación con el kirchnerismo.

—¿Scioli puede recuperar un voto en provincia de Buenos Aires que en primera vuelta fue a otros candidatos?

—Hay una parte del potencial voto de Scioli que puede crecer automáticamente: el antimacrista que eligió a otros candidatos en las elecciones generales. De todas maneras, no es suficiente para ser presidente. La potencialidad de crecimiento se basa en los votantes independientes y en los que han apoyado al gobierno pero ya no lo hacen de manera tan clara. Deskirchnerizarse tiene sus costos internos y los gestos deben ser lo suficientemente fuertes para que se noten. En otras palabras, no alcanza con mostrar un gabinete sciolista. De todas maneras, si bien está en una situación compleja, le quedan cartas por jugar. Hay que analizar cómo lee la ciudadanía lo ocurrido y ser cauteloso, ya que la misma aún no se puso a mirar la elección venidera.

—¿Cómo puede influir en ese distrito a la hora del ballottage que Cambiemos haya ganado con Vidal?

—El golpe otorgado por Cambiemos al peronismo en la provincia de Buenos Aires es muy duro. Por un lado, le da un envión a Macri y reconfigura el poder interno del peronismo (terminaremos de comprender la profundidad del mismo al conocer al próximo presidente). Asimismo, se abre una ventana de oportunidad enorme para el espacio liderado por Macri al punto de tener la posibilidad de redefinir el sistema de partidos tal como lo conocemos. Esto le genera incentivos distintos, tal vez impensados hasta hace poco tiempo, a los dirigentes de UNA para repensar las estrategias futuras.

—¿Qué debería hacer Scioli que hasta acá no hizo?

—Las elecciones suelen tener un mandato que las explica. El 25-O el mandato fue quién representa el grado de cambio preciso que busca la ciudadanía. Ese mandato lo representó Macri porque Scioli solo pudo representar la continuidad. La pregunta, entonces, es saber cuál será el mandato del 22-N. Si la pregunta que se dirime en la elección es kirchnerismo/antikirchnerismo o estrictamente cambio/continuidad, el líder de Cambiemos corre con ventaja para enfrentarse a ese mandato. El desafío de Scioli es intentar imponer la dicotomía Scioli/Macri. Si logra hacerlo, estaremos ante una elección sumamente competitiva.

—Se advierte desde el FpV una campaña negativa hacia Macri, una suerte de demonización. En Santa Fe le resultó al Frente Progresista para que pierda Del Sel la general. ¿Son parámetros comparables?

—Creo que no son parámetros comparables porque no son candidatos ni situaciones estrictamente extrapolables. Las elecciones son procesos en el que las estrategias varían. Era predecible, por ejemplo, que luego de las primarias encontremos candidatos que comienzan a dar mayores definiciones políticas sobre sus potenciales administraciones. En este sentido, el ballottage es una etapa en donde muchos votantes terminan eligiendo por el menos malo. Así, se crean climas para campañas negativas, pero hay que ser muy cuidadoso. Llegando a 12 años de kirchnerismo, con sus virtudes y defectos, existe un patrón en el que todos coincidiremos: no fue un gobierno que pasó desapercibido sino más bien estuvo caracterizado por mucha intensidad. Luego de esta etapa, la ciudadanía está buscando un tipo de liderazgo distinto, más moderado y menos confrontativo. En este escenario, el espacio para una campaña negativa se achica y se vuelve potencialmente contraproducente.

—¿Qué debería acentuar Macri?

—Dos ejes. Por un lado, seguir transformarse en un “mejor opositor” y no “más opositor” al presente gobierno. Por otro, debe terminar de generar confianza y cercanía en el electorado que no lo votó pero podría hacerlo. Acercarse a la agenda del metro cuadrado con la que buena parte de la ciudadanía termina de definir su voto. ¿Qué candidato me genera más confianza en que mi heladera estará más llena en el día de mañana? ¿Quién me garantiza una mejor educación para mis hijos? ¿Cuál de los dos puede poner un policía más cerca de mi esquina? La agenda del metro cuadrado, mucho más que la relación de Argentina con los holdouts, la ideología, los partidos políticos o las reservas del Banco Central, es la que termina definiendo votos.

—¿Pueden calar en muchos votantes los ataques contra Macri, al compararlo con los 90 o con “la derecha”?

—Por el momento político que estamos viviendo, las campañas propositivas pueden tener más influencia que las negativas, aun ante el riesgo de parecerse entre ellas (como ha ocurrido). Si bien Scioli y Macri han surgido como expresiones apolíticas en su momento, los niveles de conocimiento de ambos son de 99 por ciento en promedio. En otras palabras, hay poco nuevo para decir de cualquiera de los dos.

—¿A esta altura de los episodios, Cristina puede perjudicar o beneficiar una recuperación de Scioli?

—Cristina sigue teniendo un poder enorme a la hora de comunicar, sobre todo porque sigue teniendo la posibilidad de implementar nuevas políticas públicas. El gran desafío parece ser la posibilidad de combinar ambas posturas: Cristina hablando hacia el núcleo duro, con el objetivo de no perder votantes y sostener la mística y Scioli (conjuntamente con los referentes que él decida) mostrándose más cercano a su público objetivo, que son los electores que podrían votar por él pero no lo están haciendo. La complejidad del desafío es mayúscula porque Scioli no es visto como el líder del espacio y parte del periodismo y la opinión pública mira con atención las potenciales grietas entre ambos.

—¿Ahora, el voto a Massa está más cerca de Scioli o de Macri, y en qué proporciones?

—Es difícil catalogar a los votantes ya que las ideologías y los partidos suelen ser variables cada vez menos explicativos del voto en nuestro país. En términos generales el votante de Massa es más opositor que oficialista. Habrá que ver qué candidatos encuentra cuando se acerque al cuarto oscuro. Analizar qué dice Macri para convencerlos pero, sobre todo, qué Scioli llega a los comicios. Este Scioli tan kirchnerizado tendría problemas en ir a buscar a este votante de manera suficiente para lograr una victoria.

—¿En cuánto influye en las chances que hoy Macri aparezca como en “estado de gracia” y Scioli esté como perdidoso habiendo ganado?

—En las elecciones, las expectativas juegan un rol fundamental y el empuje de una victoria o una derrota puede ser un factor a considerar. De todas maneras, es una nueva elección y hay que repartir las cartas nuevamente.

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